En 2025, la plata está ganando protagonismo por su creciente demanda en tecnología —como la energía solar, la electrónica y los vehículos eléctricos— mientras su producción no crece al mismo ritmo. Actualmente se consumen unas 1.020 millones de onzas anuales, pero solo se producen 830 millones, lo que genera un déficit. Esta diferencia, junto con una previsión de aumento de demanda del 15–20 % en los próximos dos años, presenta una oportunidad para inversores. Aunque la plata ya ronda los 36 USD por onza, el ratio oro-plata sigue alto, lo que sugiere que podría seguir subiendo. Se destacan tres formas de inversión: fondos físicos (ETCs), productos apalancados y plata física. La conclusión: la plata podría ser un activo estratégico en las carteras de inversión para este año.