Vivimos en un momento de sobresaturación visual, de ruido, de mensajes con gran impacto pero con un tiempo de vida efímero. Las marcas compiten constantemente por llamar la atención, por diferenciarse, por ser “relevantes”, y muchas de ellas lo hacen desde un lugar superficial, centrado en tendencias pasajeras, métricas de vanidad o estéticas impersonales, y eso se ve, pero sobre todo se siente. Puedes esforzarte, ser valioso, pero sino transmites desde tu diferenciación difícilmente generarás una conexión duradera, y ante cualquier imprevisto, puedes perder lo construido. Es uno de los grandes motivos por los que se cierran tantos negocios.
Competir por precio, ubicación o servicio es agotador; ir de networking en networking y no ser visto o escuchado por lo que realmente vale en ti es desgastador, y al final, pasa factura.
Las marcas sin alma se desgastan. Las que la tienen, evolucionan.
Cuando una imagen de marca nace únicamente de criterios estratégicos o de fórmulas externas, corre el riesgo de ser frágil. Las personas contratan a personas, no conectan con logotipos, conectan con emociones y con causas.
Frente a esta realidad, emerge un concepto transformador: la imagen de marca con alma.
Una marca con alma deja de enfocarse en convencer, y atrae desde su propia verdad, y cuando eso ocurre, la relación con la audiencia deja de ser transaccional, y se vuelve transformadora.
Nos guste o no, todos somos una marca, y eso no es tratarnos como un objeto, sino todo lo contrario, es poner en valor aquello que nos diferencia y representa.
La clave para tener una Imagen de marca con alma es conocerse profundamente, y así poder perfilar tu identidad con los valores que te definen, teniendo la autenticidad como base; de esta forma serás capaz de adaptarte a cualquier cambio sin perderte, de crecer sin desdibujarte, y de inspirar sin esfuerzo.
Más que apariencia, es presencia. No se trata de vender a través de tu marca, sino de transmitir coherencia y propósito; y es que la verdadera imagen de marca no se impone: se revela. No se trata de inventar algo nuevo, sino de alinear lo que somos, lo que ofrecemos y cómo lo proyectamos;
No basta con preguntarse “cómo quiero que me vean”, sino “¿quién soy yo realmente?”; Alinear el interior con el exterior en armonía. Los colores, el tono, la tipografía … no son solo elecciones de diseño, son expresiones simbólicas de una identidad profunda, consciente y enraizada.
Construir una marca con alma es un viaje interior que merece la pena realizar, porque es darte valor por ser QUIEN ERES.
Durante años me esforcé por construirme una imagen de marca profesional coherente y diferenciadora y lo conseguí; era un reflejo cuidado de todo lo que yo sabía hacer. Pero hubo un momento en el que me di cuenta de que había logrado mostrarme, pero no sostenerme y por ello fracasé tantas veces; fue entonces cuando dejé de mirar solo hacia fuera y empecé a mirar hacia dentro, y todo cambió. Hoy imparto conferencias y mentorizo a profesionales para que dejen de construir desde el “deber ser” y empiecen a comunicar desde el “yo soy”. Porque cuando tu marca nace desde tu verdad, no solo impacta: deja huella; no hablo de marketing, hablo de legado, de conexión honesta, de crear una marca que hable sin necesidad de palabras.
Porque una marca de verdad no se diseña, se despierta; Nace desde dentro y se vuelve imbatible por fuera.
Más que apariencia, es presencia. No se trata de vender a través de tu marca, sino de transmitir coherencia y propósito; y es que la verdadera imagen de marca no se impone: se revela. No se trata de inventar algo nuevo, sino de alinear lo que somos, lo que ofrecemos y cómo lo proyectamos;
No basta con preguntarse “cómo quiero que me vean”, sino “¿quién soy yo realmente?”; Alinear el interior con el exterior en armonía. Los colores, el tono, la tipografía … no son solo elecciones de diseño, son expresiones simbólicas de una identidad profunda, consciente y enraizada.
Construir una marca con alma es un viaje interior que merece la pena realizar, porque es darte valor por ser QUIEN ERES.
Helena Olcina
Consultora en Marketing Personalizado